Hoy es un día para renovar la fe y el compromiso con quienes más lo necesitan. A San Cayetano le pedimos con humildad que nunca falte el pan en nuestras mesas y que cada vecino pueda encontrar una oportunidad digna de trabajo.
Que su guía nos siga inspirando a construir una comunidad más justa, solidaria y con esperanza para todos.
