Municipalidad de Santa María

Sitios Arqueológicos

TODOS ESTOS SITIOS SE ENCUENTRAN PROTEGIDOS POR LA LEY NACIONAL DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO N° 25.743/00 Y LEY PROVINCIAL DE PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO ARQUEOLÓGICO, ANTROPOLÓGICO Y PALEONTOLÓGICO N° 4218/84

Cerro Pintado

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Las Mojarras – Santa María, Catamarca

Declarado Monumento Histórico Nacional (M.H.N.) por Decreto N° 148 ⁄ 1994, situado sobre la ladera oriental de la Sierra del Cajón, en el Valle de Yokavil. Los restos más conocidos son los del poblado de «Cerro Pintado de Las Mojarras». Estudiado por Bruch en 1911, quién descubrió en su cima un edificio pircado o patio rectangular de 40 x 12 m, rodeado de habitaciones y en el centro de la «cuadra» había un círculo de lajas a ras del piso de 3 m de diámetro. El poblado data del Período de los Desarrollos Regionales, a partir del año 900 AD y fue remodelado durante el período Inca (1470 – 1535 AD). Sobre la falda del cerro que da al Valle de Yokavil hay terrazas con muros de contención. Pueden verse en superficie fragmentos de cerámica (Santa María Bicolor y Tricolor, San José – Shiquimil, Famabalasto Negro Grabado, Famabalasto Negro sobre Rojo e Inca Provincial). En la zona hay restos de mineral de cobre y nódulos de escoria. Indicios de una fundición metalífera.
Se han contabilizado en total 57 estructuras habitacionales: una densidad constructiva relativamente baja que también se relaciona con la función defensiva del sitio. Todas las habitaciones aprovechan los desniveles del cerro como una de las paredes y se suceden escalonadamente hacia la cumbre.
Es considerado un pucará o fortaleza indígena, ya que desde allí se podía controlar todo el valle. Son de esos lugares únicos que te trasladan a otra dimensión.

La Ventanita

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Fuerte Quemado – Santa María, Catamarca

Hoy unas ruinas ancestrales, este lugar fue un asentamiento jesuita perteneciente a la misión de Santa María de los Ángeles de Yokavil, que en 2018 cumplió 400 años.
La «Ventanita» o «Intiwatana» llegó con el Inca. Se trata de un arco o portal de piedra, que se encuentra sobre la punta de un cerro, con un ojo que permite ver directamente el amanecer y por donde, de manera perfecta, cada 21 de junio, con el solsticio de invierno se cuela el primer sol de la estación; lo que los pueblos originarios llaman el «Inti Raymi».
Ubicada a unos 300 metros por encima del nivel del río, «la ventanita» está construida por pircas de piedra y desde allí, además, se puede observar todo el valle de Yokavil, la población de Fuerte Quemado y sus cultivos, el río Santa María y en el horizonte, las cadenas montañosas de la región: un tesoro para los gustosos de cautivar la belleza en fotografías.

Rincón Chico

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Lampacito – Santa María, Catamarca

Declarado Monumento Histórico Nacional, por Decreto N° 1.110/1997. El poblado prehispánico Rincón chico comprende 318 Has. y tres áreas que incluyen las ruinas y su entorno, ubicado a 26°, 42′ latitud Sur y 66°, 4′ longitud Oeste en la cumbre y laderas del cerro de ese nombre, en la Sierra del Cajón o Quilmes, en el Valle de Santa María, departamento Santa María, Provincia de Catamarca.
Corresponde al período de los desarrollos regionales (1.000-1.665 d.C.) habitados por indios diaguitas de parcialidad yocavil, o probablemente anghinao. Este yacimiento arqueológico se extiende desde el cerro Rincón Chico hasta la margen izquierda del río Santa María en la localidad de Lampacito, al frente de la Ciudad de Santa María, provincia de Catamarca.
El sector más alto, de muy difícil acceso, está conformado por estructuras especiales construidas con piedras de color gris, blanco y rosado, y también se encuentran en él «guacas» o edificios ceremoniales especiales.
Al pie del cerro se encuentra un poblado conglomerado, con estructuras pircadas y sobre el sector del cono de deyección hasta la planicie aluvial del fondo del valle se distribuyen campos de cultivo y unidades complejas de viviendas indígenas dispersas.
El rescate de este conjunto arqueológico, como segmento significativo de la historia, se encuentra justificado por ser un destacable ejemplo del período de los desarrollos regionales.